Fin de la primera parte

miércoles, agosto 16, 2006

No quedan días de verano


Esa luz me ha recordado a aquella que hace tiempo descubrí en los tejados de Perugia.
Ahora este es mi pequeño Castillo, sin tejados, pero mío.
En lugar de gatos encuentro vecinos extraños que recogen el pan en una bolsa atada con una cuerda desde el piso de arriba... lo sé es menos romántico y literario. Pero tiene su punto, como diríamos aquí.
De todas formas estoy encantada, a pesar de tener que estudiar geométrico: ¡qué tortura! Los que ya hayan pasado por ello lo comprenderán. Aun así chicos y chicas, os presento mi base de operaciones: la mesa del salón.
Hoy he arrancado, por ahora, no va demasiado mal.
Deseadme suerte y rezad por mi (aunque seáis paganos) para que supere la prueba que me separa de ser licenciada.
Dedicado a todos aquellos que se encuentren en una situación similar. ¡Ánimo!

1 Comments:

At 12:38 a. m., Anonymous Anónimo said...

qué bonita casa! :)
La veo prontito...
Un beso y ánimo.

 

Publicar un comentario

<< Home